Desde aquí os voy a dar mi visión de cómo seria aconsejable iniciar un perro para la caza, pero haciendo hincapié en la caza de granja, que es el mal que nos toca vivir en este siglo XXI.
Día tras día veo como los cotos de caza intensiva se convierten en escuelas de estropear a muchos buenos perros, por falta de unos conocimientos básicos y buen proceder de sus propietarios.
Ejercicio de la caña también llamada de la mariposa, realizado por unos cachorros.
Este ejercicio solo sirve para estudiar los instintos naturales de caza, muestra y estilo, realizándolo solo para esta función.
Draco de
Valdeorras, mostrando el señuelo con 50 días.
La verdad es que la mejor forma y natural de iniciar nuestro perro es, en principio, dotarlo de una buena y solida educación básica, poniéndolo a continuación en contacto con la caza salvaje, por supuesto si tenemos bastante densidad en nuestro coto, pero sin presiones ni exigencias que estén fuera de tiempo. Recordar siempre que es mejor no hacer nada, que hacerlo mal, una lección retrasada no perjudica en nada, pero una mal impartida puede hacer que retrocedamos mucho en el desarrollo y aprendizaje de nuestro perro. Por lo tanto intentemos cometer los menores errores posibles para no tirar todo por tierra. Tenemos que educar siempre manteniendo la alegría en el perro. Esto no es otra cosa que hacer aflorar y mantener en el tiempo el deseo del perro por complacer a su dueño. Como decía uno de aquellos viejos cazadores de antaño "para hacer un buen perro de perdices hacen falta tres cosa: perdices, perdices y más perdices". Está bien pero yo le añadiría una cuarta, cazarlos con estilo, clase y respeto, porque si es verdad el dicho, que los perros se acaban pareciendo a sus dueños, hay que dar ejemplo en el buen hacer.
Amaru mostrando perdices rojas.
Al perro hay que campear lo desde su más tierna juventud, teniendo siempre en cuenta su edad cronológica y biológica (maduración). Por ejemplo si nuestro cachorro tiene tres meses serian simples paseos de treinta minutos por campos con muy poca vegetación, sin ponerlo en contacto con la caza en un principio, hasta que cumpla los cinco o seis meses, procediendo de forma progresiva en el tiempo y aumentando el grado de dificultad en la búsqueda (tipo de monte, más o menos rudo). Pero esto no viene precisamente por la iniciación del cachorro con caza salvaje, ya que esta no falla nunca a menos que fallemos nosotros, por falta de sensibilidad y conocimientos de cara al perro. Recordar que la caza salvaje tarde o temprano pone a cada uno en su sitio.
Cal de Valdeorras, mostrando el señuelo con 50 días.
Los problemas surgen cuando en nuestros cotos la densidad de caza salvaje ha bajado de manera estrepitosa y no nos queda más remedio que utilizar la caza de granja para iniciar a nuestro cachorro. Aquí tenemos que tener mucho cuidado con las circunstancias anómalas y anti naturales que nos pueden surgir con este tipo de caza, teniendo que controlarlas dentro de lo humanamente posible. Voy a ir enumerando de forma cronológica y de importancia los puntos que considero importantes para la iniciación de nuestro cachorro para la caza tradicional pero siempre de forma deportiva.
Lo primero que debemos hacer, como si esto fuese una ley inquebrantable, desde el día en que llega el cachorro a nuestras manos, es convivir con él a diario el máximo tiempo posible, dándole afecto, juego, paseos y etc... Esto nos llevara a conocerlo mucho mejor en todos sus aspectos, carácter, sensibilidad , etc., creando de esta manera al mismo tiempo un vinculo familiar entre nuestro cachorro y nosotros, facilitándonos la implantación del liderazgo de forma natural y por consiguiente para trabajar con mayor facilidad y progresión en su educación, (obediencia, el traer, etc...). Entre ese cachorrillo que corre hacia vosotros en busca de una caricia y el adulto que tras una buena jornada de caza os dirige una mirada cómplice mientras agita la cola, hay todo un mundo de trabajo y vivencias. Todo dueño de un perro debe saber que su alumno puede llegar a ser el más eficaz o el más... de los perros; la diferencia está simplemente en el tiempo que se le haya querido dedicar a su socialización, educación y paciencia de la que se haya hecho gala ante él.
Gabi de Valdeorras realizando un cobro.
La educación debe planificarse obligatoriamente en sus diferentes etapas y nunca en el tiempo, porque las prisas siempre son malas consejeras ya que nos pueden abocar a cometer errores que a posteriori puedan tener mala solución, no obstante yo intento aplicarme el dicho: "visteme despacio que tengo prisa". Todo perro, por experiencia propia lo digo, el Pointer que es campeado, con el habla y juega su dueño a diario, será un perro siempre mucho más sociable y apegado a su dueño, que otro que viva confinado en una perrera privado de esta relación.
Hay que huir de lo que coloquialmente muchos cazadores llaman sueltas, y nunca confundirlas con sesiones de entrenamiento o si gustáis de adiestramiento. Las sueltas propiamente dichas son para mi como tiradas masivas de escopeteros recolectando avecillas a diestro y siniestro, sin formas ni principios (si son o no mostradas por los perros, etc...), sin tener control alguno sobre sus perros. Esto último no es del todo cierto, si he visto utilizar el collar de impulsos ( eléctrico ) de forma indiscriminada sobre perros que al final acababan cazando de forma controlada, o sea, a los pies de sus propietarios.
Alpin de
Valdeorras mostrando señuelo con 50 días.
Dejando a un lado lo que no se debe hacer, vamos a ver como podemos hacer unas buenas sesiones de entrenamiento para iniciar y al mismo tiempo motivar a nuestro cachorro. Después de haber meditado sobre cuales son nuestros objetivos y de que medios disponemos nos surgen las siguientes cuestiones:
Los terrenos ( Cuarteles ) deben ser amplios, variados ( cambiar de cuartel con asiduidad ) y con vegetación idónea, tanto en densidad como en altura. La cobertura debe ser lo suficientemente alta como para ocultar la pieza, pero permitiendo apeonar a la caza y galopar al perro con facilidad.
Las piezas que vayamos a utilizar deben ser de máxima calidad, sanas, fuertes, ariscas y bien emplumadas, provenientes de campos de vuelo amplios, limpios, (que no contengan estiércol en las patas ), nunca alicortar al ave con la pretensión de recuperarla o ... . Las piezas las colocaremos lo suficientemente separadas para que el perro pueda mantener un ritmo constante durante la búsqueda sin la acumulación excesiva de emanaciones que entorpezca su localización ( muestra ) y posterior cobro si se la abatimos. Dos o tres piezas bien trabajadas, en sesiones de quince a veinte minutos, una o dos veces al mes antes de la apertura de la caza, son más que suficientes en cuanto a la caza de granja se refiere.
Babi y
Kandi de
Valdeorras mostrando perdices rojas.
También es aconsejable variar el tipo caza, de cachorrillos codornices por considerarla idónea en cuanto al precio y reforzamiento de la muestra, y a partir de los ocho o nueve meses la perdiz, porque les produce mucha más motivación, favoreciendo el venteo, alrgando las guías y desarrollo de la astucia en mayor medida que la codorniz, volviéndolo cada día un poco más hábil, situando la caza con mayor precición, ( mostrándola ).
Un punto más que importante es en la época en la que nos encontramos cuando nos disponemos a iniciar al cachorro, si es primavera, verano, etc... Debéis recordar o pensar si nunca lo habéis pensado, que en primavera los perros tienen un bajón olfativo bastante considerable, sobretodo durante los meses de Abril, Mayo y Junio, más o menos, dependiendo de la climatología. Esto es producido por la abundante flora que hay en los campos, enmascarando las emanaciones, junto al poco olor que desprenden las piezas de caza, defensa de la que las dotó la madre naturaleza para protegerse de los depredadores en época de cría. Teniendo en cuenta lo dicho, y al tratarse de sesiones de aprendizaje hemos de lanzar al perro en condiciones favorables de búsqueda, con el viento de cara para favorecer el trabajo y minimizar los errores que pueda cometer por las circunstancias descritas con anterioridad.
Tila de
Valdeorras entrenando con codorniz.
La meta cuando estamos educando un perro no es provocar la falta para castigar, si no provocar los aciertos para recompensar. Otra Ley o norma que nunca se debe quebrantar es que nunca se debe disparar a una pieza que no haya sido previamente mostrada por el cachorro, ni incitarlo a levantarla, la tenemos que desalojar de su escondite ( levantar ) nosotros con nuestra presencia adelantándonos, reforzando la muestra. A día de hoy creo que la escopeta es el utensilio ( invento ) que más perjudica al perro de muestra, si no se utiliza con serenidad e inteligencia, en la introducción al tiro. Es curioso si retrocedemos en el tiempo para ver los inicios del perro de muestra, no damos cuenta de que fueron las armas de avancarga lo que izo prodigarse a las razas de muestra, ballesteros, cetreros y cazadores con red. Y es curioso cómo a día de hoy ese invento es una de las cosas más perjudiciales para el perro demuestra si la disparamos de forma indiscriminada, sin ton ni son. Como suelen hacer esos cazadores afamados que tienen por norma, "ave que vuela a la cazuela y bicho de paso estacazo". En definitiva, bromas a parte, el aprendizaje del perro consiste en una serie de asociaciones básicas, "localización de la pieza + muestra + disparo = a cobrar y así saciar mi instinto de caza, esto es lo que hay que fijar y por ese orden, en la mente de nuestro perro. Algunos adiestradores suelen aconsejar disparar sobre la pieza que no fue mostrada cuando un perro muestra poca pasión por la caza, pero yo os aconsejo que si no tiene pasión, no merece la pena perder el tiempo con él, pero seguramente pueda ser un buen perro de compañía. En estas condiciones el se verá obligado a emplearse a fondo en la localización de las piezas sembrada, y nunca debemos cortarle la iniciativa (recortarlo, o guiarlo hacia la pieza de caza sembrada ), para que nos pueda mostrar su mentalidad y aptitudes naturales, para la caza.
Don de
Valdeorras mostrando perdices rojas.
Creo que con lo comentado hasta ahora, está todo dicho sobre los principios básicos para iniciar un perro para la caza tradicional, pero recordad: siempre de forma etica y deportiva.
Como suelen decir "el perro es el mejor amigo del hombre", seguramente es cierto. Por lo tanto yo os encomiendo la tarea de conservar intacta esa amistad espontánea con vuestro perro.
Suerte y Buena Caza.
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